LA SINRAZÓN DE LAS DIETAS CENTRADAS EN LA CARNE
La sinrazón de las dietas centradas en la carne está en el costo oculto de las mismas. Y, es sin duda el motivo por el que muchas personas de buena voluntad se vuelcan hacia el vegetarianismo: desean evitar así su participación en un esquema alimenticio desprovisto de toda sensibilidad hacia el prójimo. Éste se basa en que la producción comercial de carne alimenta a poca gente en detrimento de mucha otra. Tal como lo ha señalado el economista agrícola del Instituto Nacional de Agricultura de Francia, René Doumont, en un informe presentado en la Conferencia Mundial sobre Alimentos de las Naciones Unidas (Roma, 1974): “El consumo excesivo de carne por parte del rico significa hambre para el pobre. Esta agricultura derrochadora debe ser cambiada mediante la supresión de la cuota de granos alimenticios con los que se engorda el ganado, e incluso con la reducción masiva del ganado vacuno”.Las naciones desarrolladas no solamente gastan sus propios recursos para alimentar el ganado, sino que también importan granos de países en vías de desarrollo que posteriormente destinan a la fabricación de alimentos para los animales. El Dr. George Borgstrom, una autoridad en política de alimentos, estima que un tercio de las cosechas de maní en África (éste tiene la misma cantidad de proteínas que la carne) termina en el estómago del ganado vacuno y de las aves de corral en Europa Occidental. Alrededor de tres cuartos de los países en lo que existe desnutrición infantil son exportadores netos de granos básicos.
Durante la hambruna que sufrió Etiopía en 1984, en la que murieron un millón de personas, el país utilizaba sus mejores tierras para cultivar torta de linaza, semillas de algodón y de colza y exportándolo como alimento para el ganado al Reino Unido y a otros países europeos. En los 90, también, en Somalia murieron de hambre infinidad de personas, esto no impidió que se embarcaran grano a los mercados europeos, mientras la guerra y el hambre dejaban a sus comunidades sin el habitual stock de maíz y sorgo. Y más, 10.000 niños mueren de hambre cada año siendo Argentina el país que más alimento produce per cápita: con 38 millones de habitantes, y cosechas de maíz y trigo por 35 millones de toneladas, otros 36 millones corresponden a la soya. (1)
La transición dietética que ha experimentado la agricultura mundial en los últimos 50 años, de una dieta rica en hidratos de carbono (arroz, harinas y porotos de consumo directo) a una basada principalmente en proteínas animales, supone un derroche de recursos alimenticios vitales, dado que la conversión de granos a carnes implica meter un eslabón más en la cadena alimentaria (el animal), esto produce un crecimiento exponencial de las necesidades de granos forrajeros y harinas proteícas de origen vegetal, como de nuevas tierras para su cultivo, a costa de la dieta de la población de menores recursos que sobreviven en base a granos básicos.
Como la demanda de carne va en aumento las naciones ricas compran más y más grano para alimentar a los cerdos y vacunos. Se necesitan cerca de 7 kilos de cereales y soya para obtener 1kg de carne vacuna; 3 kilos para 1kg de cerdo y 2 kilos para 1kg de pollo.(2) En contraste a esto, una vaca necesita los remanentes inservibles de la cosechas para darnos litros de leche, sin competir con los humanos por el alimento. Mientras los pollos no pueden comer hierba, consumen proteínas vegetales apto para consumo humano. Los cerdos, también, son grandes consumidores de grano en Estados Unidos, con casi la tercera parte del consumo animal. La Argentina exporta la tres cuartas partes de su producción de maíz y casi la totalidad de su harina de soya. Ambos se destinan a la producción de aves y cerdos. China se lleva el 67% de la cosecha de soya.
En los Estados Unidos, de los 157 millones de toneladas de cereales y legumbres con que se alimenta al ganado anualmente, sólo 28 millones de toneladas regresan en forma de carne y huevos. El resto, alrededor de 129 millones de toneladas se pierden trás la conversión. Según cifras de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) , para alimentar el ganado se utiliza el 95% de la producción mundial de soya y el 44% de los cereales, es decir, los animales consumen 600 millones de toneladas de granos anualmente. En resumen, se está fomentando una nada saludable dieta alimenticia que, paradójicamente, contribuye al hambre de buena parte de la población mundial.
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